Ayer, 9 de septiembre, nuestro Centro dio inicio a un nuevo curso escolar, marcado por la ilusión y la alegría de sus estudiantes. Desde primera hora de la mañana, el patio del colegio se llenó de sonrisas, reencuentros y abrazos, mientras los alumnos, acompañados por sus familias, llegaban cargados de expectativas y entusiasmo.

El ambiente fue festivo y acogedor, característico del estilo de nuestra fundadora, la Madre María Rosa Molas. Los profesores, con una gran disposición y cariño, recibieron a los estudiantes, listos para guiarlos en este nuevo año académico. Con gestos amables y palabras de aliento, se esforzaron en hacer que cada alumno se sintiera bienvenido y parte de la comunidad escolar.

Un Reencuentro Especial

Para muchos estudiantes, el regreso a las aulas significó la oportunidad de reencontrarse con compañeros y profesores, después de las vacaciones de verano. Los más pequeños, especialmente emocionados, exploraron sus nuevas aulas y conocieron a sus maestros, mientras los estudiantes de cursos más avanzados compartían sus experiencias y expectativas para el año que comienza.

“Es un día muy importante para nosotros, no solo por el regreso a las clases, sino por la oportunidad de continuar creciendo juntos como comunidad”, comentó una de las profesoras del Centro. "Estamos aquí para ofrecerles a nuestros alumnos un entorno cálido, seguro y lleno de oportunidades para aprender y desarrollarse, siempre con el carisma de María Rosa Molas como guía."

Un Inicio con Propósito

El profesorado del Centro, comprometido con la misión de educar desde los valores cristianos y humanos que María Rosa Molas inculcó, preparó con esmero este día. A través de actividades de bienvenida, juegos y dinámicas de grupo, se buscó fortalecer los lazos entre los alumnos y fomentar un ambiente de fraternidad y respeto.

Durante las sesiones del día se recordó la figura de María Rosa Molas y su incansable labor en favor de los más necesitados, invitando a todos a seguir su ejemplo de amor y entrega.